sábado, 13 de septiembre de 2014

TE LLEVO PARA QUE ME LLEVES...

Acá estamos, acá somos. Volvimos con Nanditotranquistyle de unos días en California como  les contó anteriormente mi colega croniquero  Iñakochoa. Nos hubiese encantado traerles regalitos a todos y todas, pero mi coequiper de ruta se fumeteó todo los ahorros que llevamos. A tal punto que tuvimos que empeñar la Traversa en Ecuador para retornar al país.  Así que de pedo regresamos a la Argentina con el descapotable pidiendo clemencia. Muy pronto la bitácora de viaje en los kioskos de todo Castelar.
                A mi juego me llamaron y este es el redactar lo sucedido el pasado domingo 7 de septiembre, día en que  Las Pibas Dinamitas nos embestimos en juego contra Las Calcetinas. Fue como jugar contra un equipo de barbies, no sólo porque el “muy rubio qué te haces sí sos de Morón” invadió el caucho sino por la actitud del equipo rival. Como dirían mis compañeras, mucho Rococó en el aire. Mucho Channel número 5 al que hubo que aplacar con Colonia Johnnson Baby.





La primera formación salió al ruedo de la siguiente manera: Aldu en el arco. Elu y Magu  en defensa. Flor y ManijaOliveros delanteras. A ser sincera, el primer tiempo fue bastante monótono, que la pelota de su lado, que la pelota de nuestro lado. Lo más lindo fue ver a las Dinamitas poner el cuerpo. Nuestras defensoras y perdón que haga esta distinción, fueron lo mejor pero “lo mejor del amor”. Fue clave su aguante, aunque en los últimos minutos parecían Barnie de lo violetas que estaban. Realmente, este partido se llevan ellas casi todos los confites y serpentinas. El trencito del carnaval carioca las tiene como locomotora.
Existieron muchos pelotazos, esta vez sí nos tomamos en serio eso de “vos tira al arco de donde sea, alguna tiene que entrar”. Dicho y hecho, algunas se arriesgaron y tiraron bombazos desde Gusel, un toque innecesario, pero viejo! Acá cada una es libre de pegarle a la pelota desde donde quiera.
En el segundo tiempo, el ritmo cambió bastante. Nuestro arco cambió de guardiana. Flor ocupó  ese lugar los segundos veinte minutos. Entraron Aldu y Sol como delanteras, pero la defensa no se tocó, Es que…. Se mira y no se toca! Les comenté que el fluir de la segunda instancia fue diferente  porque en el equipo Rococó entró una 9 que realmente hizo la diferencia. La cancha empezó a inclinarse en contra nuestro. Fue acá cuando nuestra Florcita piernas –eternas puso en práctica todo eso que viene trabajando. Concentrada al máximo, sin miedo a revolear su cuerpo al compás de la pelota. Si fuera uno de los personajes de los cuatro fantásticos, sin duda sería el tipito que es de goma, pero en versión femenina. Faltaban apenas unos diez minutos para el final del encuentro, Magu y Elu no daban más y con toda la razón del mundo. Magu le hizo una seña a Iña:
 -Cambio!
- Aguanta un poco más, un poco más.

Y menos mal que aguantó, porque el gol salió de su zurda única e indiscutible. Se mandó sola, con esa mirada que dice más que cualquier palabra. Fue como si hubiese escuchado nuestro pensamiento, “Querida Peti: Estamos aquí , nos  las representantes del equipo Dinamita de la Nación Argentina, reunidas en Congreso General Constituyente por voluntad, implorándote: Haced lo suyo, por favor. “ Y no va que lo hizo! Fue un segundo, un maldito segundo que la descuidaron y sin verla volar, la pelota se clavó en el ángulo derecho del arco Calcetín. La vi en el momento justo en que corrió gritando el gol, era una nena chocha porque agarró la sorpresa  más grande de la piñata. Lo más lindo de todo fue ver la desesperación contrincante. No se esperaban perder contra “ESTAS”, eso fue hermoso.  Sus quejas, sus golpes por lo bajo, sus bochadeproblemas para expresarse oralmente. Valerse de  estos recursos para intentar ganar un juego es sinónimo de manotazo de ahogado.  Final del juego. Todas al medio a abrazarnos. Recuerdo tener a Aldu a cococho diciendo. Como les rompimos el ortoo. HERMOSO, HERMOSO TODO.
Esta vez, la suerte estuvo de nuestro lado, más allá del juego en sí, el azar se puso a nuestro favor. Déjenme decirles que caí en cuenta de lo siguiente. Viendo partidos ajenos y nuestros, noté que jamás nos desesperamos. En el sentido de pelearnos, gritarnos o maltratarnos entre nosotras. Y la verdad que eso es fundamental para el estado anímico del equipo y para que las cosas funcionen al unísono. Una cosa es putearnos o discutir una vez terminado el partido, pero mientras éste siga en juego, nunca demostrar impaciencia o histerias ante lxs demás. Esa es una clave indispensable. La clave del éxito.
Termino esta crónica agradeciendo a todxs lxs que vienen a alentarnos los domingos. Se nos llena el alma de orgullo ante su fidelidad.
Sin más, me despido.
Con mucho amor
Cerati, serás eterno. Fuerza Natural.
Buenos Aires, Argentina, humedad!
La ardillacoanchoaelio.