Yo y el cordobes nos vamos a Cordoba capital al Encuentro Nacional de Estudiantes de Organizaciones de Base. Tal vez falte Bamba tambien por razones de trabajo, abrazo de gol a todo Senegal, haganse un buen asado e!!!! y dejenme algo...AAAA y no se olviden de colgar el trapo...
por ultimo les dejo un cuentito de un amigo que "estudia" conmigo. Leanlo ke esta muy piola y es cortito.
salud y libertad. Iñaki
La violencia en el fútbol (x Gabriel Rodriguez)
El defensor lo escupe, lo insulta, lo provoca de mil maneras, pero el nueve se mantiene sereno, no reacciona. El técnico le dice que no le haga caso, que tiene que ser vivo y no caer en ese juego. Le recuerda todas las charlas en los entrenamientos, parados en la mitad de la cancha, cuando había terminado el doble turno y todos se habían ido. Esos diálogos, monólogos del entrenador más bien, en los que le enseñaba cómo jugar dentro del espacio de las artimañas de los rivales. Siempre le traía ejemplos de su época de jugador, le mostraba cómo era él cuando tenía que lidiar con situaciones iguales. Una vez, le contó, me dijeron que me iban a esperar a la salida y me la iban a dar si no dejaba de joder con desbordar por la punta; otra vez me machacaron todo el partido con el viejo cuento de que mientras yo estaba jugando, algún otro gil se estaba trincando a mi novia. Ese día casi se pudre, no porque yo haya reaccionado sino porque, por lo bajo, se me ocurrió contestarle: “No me preocupa eso, porque mi novia está con tu mujer, así que las están empernando a las dos”. La jugada siguiente me cruzó con una patada que si me agarra me quiebra. Lo echaron al tipo.
El central lo busca por todas partes. Ya usó todos los trucos habidos para sacarlo del partido, incluso se inventó un par de versos nuevos, como decirle al oído que se le había pinchado una posible transferencia al fútbol extranjero, y que había sido porque su apoderado se había negado a negociar sin recibir algo por lo oculto. Tampoco funcionó. El pibe estaba hecho una piedra dura y fría. Además de un delantero muy desequilibrante cuando arrancaba por la raya.
El entrenador, en el banco de relevos, se pecheaba con su ayudante y se jactaba de lo bien aprendido que estaba su pupilo. Se infla orgulloso ante cada palabra agresiva que su chico desatiende, mirando siempre en otra dirección, buscando el juego sin contestar nada en absoluto. Hasta en el banco contrario le pedían a su rústico defensor que dejara de lado sus ineficaces intentonas, que tratara de anularlo en el terreno del fútbol.
A los treinta y cinco minutos del segundo tiempo, cuando la cosa se encaminaba al final sin problema alguno, el nueve imperturbable encaró por la banda derecha donde lo cruzaba su provocador de toda la tarde. Le amagó una vez y nada, le hizo un juego de piernas por encima de la pelota y nada, la tiró larga por un costado para buscarla por el otro. El buscarroña adivinó la jugada y cubrió el cuero con el cuerpo, luego, y ante el asedio del frustrado delantero pisó la pelota reiteradas veces para después hacerla pasar entre las piernas del habilidoso. Este último quedó mirando la estática publicitaria y la ovación de la popular a ras del suelo. Cuando el número dos volvía a su posición, luego de pasar la pelota con elegancia, se agachó, arrancó una mata de pasto y le convidó a su contrincante de todo el partido.
El técnico, a pesar de todas las enseñanzas truncas a la vista de los hechos, igual le tocó la espalda cuando se iba para el vestuario. No sé si fue consuelo, silencioso reproche, ironía de reto. Al rústico lo seguían atendiendo en el vértice del área, tratando de pegarle el corte en la cara que le dejó la trompada del inmutable puntero.
El partido terminó cero a cero. Fue bastante horrible, yo me entretuve porque tuve la idea de centrar mi atención en el duelo de titanes, en vez de atender el desarrollo más visible del cotejo. En parte porque estaba agarrado del alambrado que daba a la zona de conflicto entre partes, en estas canchas del ascenso conseguir una tribuna es una quimera. No sé por qué vine a ver a Victoriano Arenas hoy, no me importa nada de ese club, debe ser porque andaba cerca de la cancha cuando vi que llegaban algunos hinchas de Urquiza. Y me metí a ver el bodrio.
