sábado, 19 de julio de 2014

Las Dinamitas no explotaron

Antes de todo, perdón por  el estado de tortuga de esta crónica. La verdad es que estuve con varios papeles inundándome la cabeza y se me pasó. No les voy a mentir, esa es la posta. Sí. Me olvidé. Perdón. Hecho el mea culpa, pasaré a relatar lo sucedido aquél domingo 29 de junio, ya desdibujado de nuestras memorias.






Las pibas Dinamitas nos batimos a juego contra Complejo Burrito Martinez.  Tal vez esta sea la crónica ideal para despacharme con críticas  en las cuales me incluyo en ellas en todo momento. Perdón si lastimo la sensibilidad de algún/a lector/a o integrante del equipo, pero esta vez no hay muchas chalinas emplumadas para vestir alrededor del cuello. Nos quedó grande el saco. Siempre con la cabeza en alto, eso desde ya,  pero las mangas  pasaron la punta de los dedos.  Pido de ante mano, que tomen estas palabras como ladrillos para seguir construyendo tanto a lo largo como a lo ancho.  De los traspiés, de las críticas, se saca un jugo dulce necesario para renacer, para re-inventarse. Para  sentir de dónde viene el viento a favor para  luego poder ponernos de espaldas a él y avanzar.
                Perdimos 5 a 2. El primer tiempo terminó con 3 tantos contra 0. Para que se den una idea, jugamos  como en una película. Pero no como las de Schwarzenegger que se cagan todos a tiros, sino como esas películas de Europa- Europa que se pasan 45 minutos mirando un florero  dos iraníes tirados en un sillón. Bueno, así. Denso, fue todo muy denso. Por momentos el dulce de leche se deslizaba con más soltura que nosotras. Si bien Dai salvó nuestro honor metiendo dos goles logrando que la derrota no fuese tan amarga y Aldu sacó bochas descomunales, el ritmo del juego fue como les relaté en pocas palabras. No sé qué nos pasó, tal vez era lo que necesitábamos para empezar a cuestionarnos cosas, críticas que sumen al equipo. El cachetazo despabilador. El gallo que cacarea a las 6 de la mañana al cual puteas pero que con su eco te está invitando a ver el amanecer. Las rivales tuvieron otro vuelo, mejor preparadas y se notó. Pero nosotras no fuimos las mismas que le habían hecho frente a Las Leonas e intuyo que cada una de nosotras lo sintió en corazón propio. Lo más lindo del partido, a mi parecer, fue que volvió Manija. Y volvió vistiendo la casaca tricolor, dejando por un rato el overol gris con el 1 en la espalda. Nos hubiese encantado regalarle un triunfo y descorchar caucho a lo loco, pero no supimos hacerlo. Bienvenida nuevamente Pau al tren de la Liga.

                Esta vez, no tengo más palabras para describir el encuentro. Fue parejo los 40 minutos y fue así como les conté en el párrafo anterior, no hay más garabatos ni condimentos para agregarle y tampoco me da la cara para sacar quimeras de la galera. Existió alguna que otra jugada nuestra, pero también ayudó que la arquera de las Burrito no era Aldana. Corta la bocha. Por suerte Dai se avivó que la mina no se agachaba nunca, como para poder mandarle dos pelotazos abajo de la red. Sí bien estoy convencida que vamos a remontar asombrosamente, porque está en nuestra esencia y porque si tomamos las responsabilidad de competir no nos podemos achicar, es un lindo momento para mandarle cloro a las aguas y aclararlas. Planificar, armar, seguir soñando, seguir apostando. Girar la ruleta,  coronar al objetivo, hasta que el croupier grite: -  Dinamitas, no va más! Saltaron la banca!

“Como vas girando voy 
donde vas a parar hoy 
tengo ya hasta la mitad 
toda bien cubierta ves 
sobre mi calle estás 
y yo ya te coroné.”
Eli
Ardilla/anchoa/castor/Elio/etc/etc